viernes, 8 de julio de 2011

Cara y cruz del fútbol.

Hoy no vengo a hablar de fútbol profesional. Hoy vengo a contaros una historia curiosa que me sucedió de jóven, de más jóven. Resulta que entramos en una competición que Adidas realizaba en pleno parking del Santiago Bernabéu. Los ganadores de dicha competición, en la que había 1vs1, 3vs3 y 5vs5, irían como representación de España con todos los gastos pagados a un mini-mundial que se jugaría a la vez que el Mundial de Alemania de 2006, en Berlín.
Dentro de cada equipo, cada participante tenía que elegir entre jugar el 1vs1 o el 3vs3. El 5vs5 lo jugabamos todo el equipo. Yo estuve en el 1vs1.
En Madrid, logramos la clasificación remontando la final, en la prórroga. Lo recuerdo como un acto épico, como ganar una Champions. Obviamente que no es lo mismo, pero el fútbol es tan grande que permite vivir y sentir las mismas sensaciones que alomejor podría tener un profesional, pero sin todo el sacrificio que requiere llegar a la cima.


En Alemania, estábamos en el grupo de Hungría, South Africa y Japón. Todos iban preparados con masajista, entrenador, y toda la parafernalia. Nosotros llevamos como entrenadora a la hermana del capitán del equipo. Mucho más español. Más relajados. Estuvimos muy cerca de pasar de ronda. Todo se decidía en el 1vs1, Japón contra España. Si ganaba mi partido, pasabamos de ronda. El japonés me destrozó. Yo estaba muerto de cansancio, cómo movía las piernas. Mucho más rapido que yo. No podía ni ganarle por cuerpo, cosa que me había bastado para el resto de partidos. Mis compañeros de equipo intentaban animarme desde fuera, pero hasta eso me molestaba, me enfadaba más. No tenía por dónde coger a aquel chaval, me pareció imposible.
Después de toda la alegría que habíamos vivido al clasificarnos para el mundialito, la más aplastante de las derrotas. Todo el equipo confiaba en mí, y no fui capaz de meter un gol que me hubiera dado, al menos, el empate para clasificarnos. Se puede pasar de la mayor alegría a la mayor tristeza y desolación, en cuestión de segundos. Y todo gracias al fútbol. Es impresionante, ¿verdad?.

Durante esos días, entre partido y partido nos paseábamos por las casetas que había montado adidas con distintos objetivos. En una de ellas, te grababan para meterte dentro del anuncio que utilizaban en aquella época para promocionar la marca. Os dejo el vídeo que me hice yo:



A veces una buena charla motivacional puede ayudar cuando parece que todo va mal. Pero aquel día no había descanso durante el partido. Os dejo unas palabras que ví en un anuncio de adidas, durante la época del Impossible is nothing:

Impossible is just a big word thrown around by small men who find it easier to live in the world they've been given than to explore the power they have to change it. Impossible is not a fact. It's an opinion. Impossible is not a declaration. It's a dare. Impossible is potential. Impossible is temporary.

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